Toda la vida del hombre pasa en el régimen de la distribución del tiempo, en parte forzado, vinculado a la actividad socialmente necesaria, en parte según el plan individual. Así, por ejemplo, el régimen del día del estudiante está determinado por el plan de estudios de las clases en la Institución educativa, el régimen del soldado es la rutina del día aprobada por el comandante de la unidad militar, el régimen del trabajador es el comienzo y el final de la jornada laboral.

Por lo tanto, el régimen es una rutina establecida de la vida de una persona, que incluye trabajo, alimentación, descanso y sueño.

El componente principal del régimen de la actividad vital del hombre es su trabajo, que representa la actividad humana adecuada dirigida a la creación de valores materiales y espirituales.

El modo de vida de una persona debe estar subordinado, en primer lugar, a su actividad laboral efectiva. Una persona que trabaja vive a un ritmo determinado: debe levantarse en un momento determinado, realizar sus tareas, comer, descansar y dormir. Y esto no es sorprendente: todos los procesos en la naturaleza están sujetos de una manera u otra a un ritmo estricto: las estaciones se alternan, la noche reemplaza al día, el día reemplaza nuevamente a la noche. La actividad rítmica es una de las leyes fundamentales de la vida y una de las bases de todo trabajo.

La combinación racional de elementos del modo de vida garantiza un trabajo humano más productivo y un alto nivel de su salud. En la actividad laboral del hombre participa todo el organismo como un todo. El ritmo de trabajo establece el ritmo fisiológico: en ciertas horas, el cuerpo experimenta una carga, como resultado de lo cual aumenta el metabolismo, aumenta la circulación sanguínea y luego aparece una sensación de fatiga; en otras horas, días en que la carga disminuye, descansa después del cansancio, se restaura la fuerza y la energía. La alternancia correcta de la carga y el descanso es la base de la alta capacidad de trabajo de una persona.