La onicomicosis se trata con fármacos sistémicos pertenecientes al grupo de los azoles, itraconazol, fluconazol, y al de las alilaminas, terbinafina. La griseofulvina y el ketoconazol no se prescriben actualmente para el tratamiento de la onicomicosis debido a su escasa eficacia y al elevado riesgo de efectos adversos. Externamente, para la onicomicosis se utilizan barnices y soluciones que contienen amorolfina y ciclopirox.